Los perros son unos excelentes compañeros de viaje y compartir la vida con ellos… ¡es una experiencia maravillosa! Y puede ser cierto que el perro sea el mejor amigo del hombre, pero… En alguna ocasión, puede ocurrir que, ya sea por una conducta incorrecta de las personas como por alguna reacción inesperada de los animales, se produzca alguna mordedura.
Por curiosidad o desconocimiento, los niños suelen ser las principales víctimas en el caso de las mordeduras de animales. Además, en el caso de los menores, por su tamaño y sus movimientos, la cabeza y el cuello pueden ser zonas afectadas con más frecuencia, pudiéndose producir heridas de diversa consideración.
Existen dos aspectos a tener en cuenta en el caso de las mordeduras de perro: la primera es que son heridas con tendencia a infectarse debido a la cantidad de gérmenes que los perros tienen en la boca, y la segunda, es que los perros pueden transmitir la rabia. ¡Vayamos por partes!
Cura de la herida por mordedura
Las mordeduras de perro son una de las situaciones en las que es recomendable ser más cuidadoso en el lavado y antisepsia de la herida, por el alto riesgo de infección.
Después de un lavado minucioso durante unos minutos, con agua y jabón, utilizaremos Cristalmina (digluconato de clorhexidina al 1%) como antiséptico. Las curas de la herida deben ser periódicas, una o dos veces al día, repitiendo la aplicación de antiséptico de forma generosa en cada ocasión.
Algunas heridas van a precisar sutura. Será el profesional sanitario quién decida si está indicada o no la colocación de puntos de sutura. Según la zona, el aspecto y si se realiza sutura o no, puede estar indicada la administración de antibióticos orales.
Es probable que también compruebe el estado de vacunación antitetánica y aplique una dosis de recuerdo si lo considera adecuado.
¿Y qué pasa con la rabia?
Aunque uno de los principales temores en el caso de mordeduras de perro es la transmisión de la rabia, en España los esfuerzos realizados para su control han llevado a una significativa disminución de su incidencia.
Además, la mayoría de las comunidades autónomas siguen obligando a que los perros estén vacunados contra la rabia. De esta manera, si la mordedura la ha realizado un perro sano y correctamente vacunado, no suele existir riesgo de enfermedad. La mayoría de mordeduras de perro son producidas por perros del entorno directo, y de forma muy poco habitual, por perros vagabundos. En el caso de que no tengamos información sobre el perro ni posibilidad de percibir si puede o no tener rabia hay que informar rápidamente al personal sanitario.
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