La varicela es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente a los niños. Está causada por el virus varicela zóster y es extremadamente contagiosa. Por suerte, tenemos una vacuna capaz de prevenir esta enfermedad. Aunque su capacidad protectora es muy alta, aún hay personas expuestas a contagiarse. Así que, ¡atentos a los consejos y al tratamiento de la varicela que damos!
Piensa en eso que hace tan característico a la varicela. Sí, son esos “granitos” que se diseminan por todo el cuerpo (conocidos medicamente con el nombre de exantema). Al principio son apenas unas pequeñas lesiones rojizas que van aumentando de tamaño hasta convertirse en unas ampollas llenas de líquido (vesículas) que producen un intenso picor. A los 4-5 días las ampollas se secan y se convierten en unas costras.
Los granitos de la varicela tienen dos características muy importantes: la primera es que son molestos porque como hemos dicho producen mucho picor (quién los ha sufrido, sabe de lo que hablamos) y la segunda, es que constituyen la principal fuente de complicaciones, así que… ¡Curarlos va a ser una tarea que no debemos descuidar!
El picor origina rascado, hecho que provoca que las lesiones puedan sobreinfectarse por bacterias dejando entonces cicatrices, en especial en la cara.
EL TRATAMIENTO DE LA VARICELA
En el tratamiento de la varicela va orientado a mejorar los síntomas. Además de la fiebre que se trata con antitérmicos el principal tratamiento va a ir dirigido a la piel. Para los cuidados de las lesiones de la varicela debemos seguir los siguientes consejos ¡Coge boli y papel!
- Debemos mantener las uñas de nuestro/a peque lo más cortas posibles para minimizar el rascado. ¡Incluso podemos ponerle guantes por la noche!
- ¡Hora del baño! Un baño con agua fresca y utilizando un jabón de avena mantiene la higiene de la piel y alivia las molestias. No debe ser un baño muy prolongado para que las lesiones no se reblandezcan demasiado.
- Se puede aplicar tópicamente algún producto para aliviar el picor como las lociones con calamina, de forma extendida por la piel.
- El uso de antihistamínicos o antivirales solo está recomendado en casos puntuales y siempre bajo control médico.
- Es muy difícil para un niño (y también los adultos) evitar el rascado. En este caso el riesgo de infección de las heridas es elevado. Para prevenirlo, podemos aplicar un antiséptico como Cristalmina una o dos veces al día.
Esta información no sustituye la consulta con un profesional médico. Ante cualquier duda, es importante acudir a un profesional sanitario.
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