¿Qué es una herida? Las heridas son lesiones que rompen la integridad normal de la piel. Todos hemos padecido heridas a lo largo de nuestra vida, ya sean quemaduras en la cocina, rasguños en el parque con los niños, caídas o accidentes en moto, heridas con objetos que producen cortes o cualquier otro contratiempo.
Las heridas pueden afectar a la piel de forma superficial o profunda. Las heridas superficiales suelen ser leves y no suelen requerir atención médica.
En las heridas profundas pueden verse afectados otros tejidos como músculos, nervios u otros órganos. Estas requieren de atención más especializada.
¿Qué tipos de heridas existen?
Podemos clasificar las heridas en función de si se produce una separación de los tejidos de la piel. En base a esto, las podemos clasificar como heridas abiertas o heridas cerradas.
- Heridas abiertas: se observa una separación de los tejidos blandos de la piel. Tienen un alto riesgo de infección.
- Heridas cerradas: no hay separación de los tejidos de la piel y habitualmente encontramos una hemorragia debajo de la piel u otras cavidades. Aunque aparentemente parecen leves, pueden ser de más gravedad de lo esperado inicialmente.
También podemos clasificarlas como heridas agudas o crónicas.
- Heridas agudas: aparecen de forma repentina y su periodo de cicatrización es corto.
- Heridas crónicas: tienen un proceso de cicatrización largo (más de un mes). Un ambiente casi permanentemente inflamatorio establecido en la lesión no permite la cura seguir el procedimiento normal de cicatrización.
¿Cómo clasificar los tipos de heridas agudas?
- Herida cortante o incisa: Se producen por el impacto de un objeto cortante como un cristal o un cuchillo que provoca un corte limpio y unos bordes de la herida abiertos.
- Herida punzante: Producidas por objetos puntiagudos como agujas o clavos. Aunque el orificio de entrada puede ser de pequeño tamaño, pueden ser heridas muy profundas y con mayor riesgo de infección. ¡Cuidado a la hora de colocar un cuadro!
- Laceración: Se produce por objetos con bordes dentados. El corte no es limpio y hay más desgarro de tejidos. Son heridas de bordes más irregulares, más difíciles de curar y que dejan cicatrices de mayor tamaño. Por eso una buena curación es fundamental.
- Abrasión: Se produce por fricción o rozamiento de la piel con superficies duras, como por ejemplo al caer sobre el asfalto o la tierra. Hay una pérdida de la capa más superficial de la piel y tiene más riesgo de infección.
- Heridas contusas: No hay separación de tejidos, hay una lesión de los tejidos blandos originando dolor y hematoma.
- Heridas desgarradas o avulsiones: Es típica de las mordeduras en las que hay una separación de un tejido de la parte del cuerpo.
- Quemaduras: Producidas por la acción del calor o del fuego, o por contacto con determinados productos químicos cáusticos o corrosivos, por electricidad o por fricción.
Ahora que puede serte más fácil reconocer el tipo de herida, no olvides que, en cualquier tipo de herida aguda, aplicar un antiséptico como Cristalmina (digluconato de clorhexidina al 1%) minimizará el riesgo de infección.
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